La asamblea de accionistas de Aerolíneas Argentinas aprobó el balance correspondiente al año 2023, confirmando una pérdida final de más de 220 millones de dólares para ese ejercicio. 

Desde Aerolíneas Argentinas expresaron que durante los últimos 16 años, la empresa registró una pérdida operativa anual promedio de 400 millones de dólares a nivel EBIT (ganancias antes de intereses e impuestos). Destacaron que este indicador, es el principal semáforo al que se presta atención para evaluar la performance de una empresa en la industria aerocomercial, y que además, resultó en un rojo de 390 millones de dólares en 2023. Sin embargo, y de acuerdo a lo informado por Lombardo en su exposición ante la asamblea, en 2024 ese número resultará positivo por primera vez desde que la empresa está bajo control estatal. Con un superávit de 20,2 millones de dólares, la mejora en ese resultado se dio en la operación misma, es decir que, por primera vez desde su estatización en 2008, Aerolíneas Argentinas registró ingresos mayores a los costos requeridos para su operación. 

«Este logro estuvo acompañado por una reducción de la deuda consolidada en dólares de un 25% sin haber afectado el nivel de caja de la compañía, además, este año fue el de menor volumen de fondos devengados para gastos corrientes por el Tesoro Nacional a favor de la empresa desde su estatización», aseguró Lombardo durante su exposición. Y agregó que «de acuerdo a nuestras proyecciones, le informamos al Ministerio de Economía que durante 2025 no le pediremos plata al Tesoro, ya que toda la operación se sustentará con ingresos genuinos de la propia empresa. Esto colocará a Aerolíneas Argentinas como un activo de valor que permitirá a sus accionistas evaluar sin limitaciones todas las alternativas de futuro para la compañía». 

Desde la compañía expresaron que estas mejoras se consolidaron a partir de una política agresiva de reducción de costos que incluyó la baja de más del 13% de su planta de personal, llevando el número de empleados al nivel más bajo en 14 años. En este proceso dejaron la empresa más de 1600 personas, y se eliminaron un total de 85 cargos jerárquicos, incluyendo 8 direcciones, 20 gerencias y otras 57 posiciones de diversas categorías. En esa línea, las negociaciones con los sindicatos que se dieron sobre el final del pasado año se condujeron con la premisa de aumentar la productividad de la flota y del personal de vuelo y tierra. 

«El trabajo de este año estuvo enfocado en acercar a la compañía a los estándares de la industria, y en mejorar su resultado para hacerla atractiva para una salida al mercado cuando las condiciones estén dadas», agregó Lombardo.

Por Pablo P